Nació el 29 de abril de 1944 en Loja-Ecuador. Fue formada
por su padre Don Alfredo Álvarez Celi y su madre Doña Targelia Álvarez Burneo. Estudió
en la escuela La Porciúncula, el colegio Beatriz Cueva de Ayora, en las
Marianas y en la UNL. Estudiaban con pizarras de carbón en los primeros años,
después eran las clases de esta forma: el profesor decía la clase, ellos ponían
atención, memorizaban, el profe mandaba el deber y ellos hacían el deber, había
pizarrón y tiza. Los niños debían ir con pantalón y las niñas siempre con falda
hasta las rodillas.
Cuando era niña jugaba a la rayuela, la macateta, lo
soga, el básquet, bailar, cantar y pasear los fines de semana. Las casas tenían
las paredes de tapia, los suelos de madera, los techos de teja con tumbados de
lámina de yeso, grandes corredores cercados con balaustradas y las paredes eran
tapizadas con grandes paisajes, tenían muebles rústicos adornados, las salas
eran con sillones grandes y grandes retratos, lámparas muy grandes, un
oratorio, un escritorio y una pieza de estudio. En la cocina le llamaban a las
cocinas de inducción o de gas, fogón o estufa, en esos fogones había conexiones
de tubos para el agua caliente y además un horno grande de barro para hacer el
pan. Luego hubo las cocinas de kérex y después hornos eléctricos.
Para declararles su amor los chicos a las chicas, les
daban flores, serenata con la orquesta de “Los Delfines”, con poemas de amor y
a través de la radio “Ondas del Zamora” por donde dedicaban piezas musicales.
Comían carne, granos y legumbres; la mayoría hecho en casa, todo era natural,
sin insecticidas y sin veneno, abonaban la tierra con cáscaras y era todo más
sano. Se curaban con plantas medicinales y ya había hospital pero con médicos
no especializados y siempre había un médico de cabecera. Ruth Marlene está
especializada en Psicología Educativa y Orientación Vocacional, fue profesora
en la UNL y en la escuela de jardín de infantes, hoy es jubilada. Ha logrado
ser representante de los Maestros Jardineros a nivel provincial. Su experiencia
difícil fue cuando trabajó con niños jíbaros. Ella cree en Dios porque le da
fortaleza para enfrentar sus miedos. Cree que mejoraría su sociedad
preparándose y teniendo vacaciones adecuadas para dar resultados positivos. Ha
viajado a Estados unidos, Filadelfia, Nueva York, República Dominicana-Punta
Cana, Panamá, Colombia, Valle Dupar, Santa Marta, La Paz, Lima-Perú, Uruguay, Sao
Pablo-Brasil, Chile y todo Ecuador.
Sus ojos reflejan la felicidad y satisfacción de ver a
sus 5 hijos formados moral y profesionalmente como también la alegría de estar
rodeada de sus hermosos nietos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario